Le Marquis - AOP Malepère Rosé // 6 x 750 ml // 12.5 % vol.

El lobo estuvo muy extendido en Francia, como en el resto de Europa Central, hasta el siglo XIX y el hombre siempre se ha sentido fascinado por él. Al pie de los Pirineos, se dice que los lobos de la región se reunían en una montaña para buscar presas de caza. La montaña está situada en la región de Malepère, cerca del mar Mediterráneo y a los pies de los Pirineos. En el llamado lugar del lobo, la Louvière, se extienden hoy las viñas del "Domaine La Louvière". El suelo en el que prosperan las vides es de una naturaleza muy singular. Se compone de arcilla, arena y piedra caliza, así como de grandes rocas. En las "piedras malas", en el "macho pierre", las vides tienen que luchar por los nutrientes y el agua y dejar que sus raíces se adentren en la tierra a través del suelo pedregoso. Esto da a las vides un sabor mineral y distintivo especial. La excepcional tensión climática entre la brisa tibia del Mediterráneo y el clima riguroso de la costa atlántica y los Pirineos interviene en el proceso de maduración y permite que prosperen cepas que en la costa cálida serían demasiado calientes: Chardonnay, Sauvignon Blanc y clásicos como Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Merlot. También almacenan el calor del sol, que brilla aquí unos 300 días al año, y lo devuelven a las plantas durante las noches frías. Atraídos mágicamente por el encanto de la región, Klaus Grohe y sus cuatro hijos adquirieron el pequeño y discreto domaine en 1992. La familia Grohe y el maestro bodeguero australiano Jem Harris han apostado desde el principio por los métodos tradicionales de elaboración del vino. Apuestan sistemáticamente por la viticultura ecológica y prescinden por completo de pesticidas y abonos químicos. En cambio, se utilizan medios naturales para fomentar la biodiversidad y crear y mantener un suelo sano y lleno de vida. Este enfoque ecológico se ve subrayado por la instalación de casas de insectos construidas por ellos mismos y una granja de gusanos especialmente construida, que es esencial para la biodiversidad en el viñedo. Las vides se cosechan cuidadosamente a mano y se llevan a la bodega por un camino corto para evitar el sobrecalentamiento o el deterioro de las uvas. Nunca se cosechan más de 50 hectolitros por hectárea. Tras el prensado suave y cuidadoso de las uvas, el vino se madura parcialmente en barricas o depósitos de acero inoxidable. De este modo se obtienen vinos blancos con una mineralidad y frescura únicas o vinos tintos intensos con gran potencial de conservación.